Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
Con su política hostil, el presidente Trump solo logrará hundir más a la economía norteamericana; favorecerá la consolidación de China como potencia global y hará que los países comercialmente más afectados por sus estúpidos aranceles busquen rápidamente otros mercados. Bye, bye a Estados Unidos.
La política trumpista solo hará más pequeña a la economía de su país, él quiere justamente lo contrario, pero no calibra que el resto del mundo le está dando una patada a Estados Unidos y a su postura neoimperialista.
¿Quiénes serán los ganadores de esta diversificación? Primeramente China: es y sigue siendo el mercado más grande del mundo además su soft power nada tiene que ver con la pandilla del viejo oeste que gobierna actualmente a la Unión Americana.
El gigante asiático muy seguramente se beneficiará de otros países que buscarán expandir o bien reforzar sus lazos comerciales; donde Trump castigue habrá un abandono y una reorientación de negocios e inversiones.
Va a moverse mucho el capital a nivel internacional. Veremos desinversiones, salidas de flujos; empresas que se trasladarán de un país a otro… algunos lo harán huyendo de Trump y sus oligarcas.
El mandatario Xi Jinping debe estar disfrutando por ver cómo el propio inquilino de la Casa Blanca contribuirá con sus decisiones de América First a darle nuevos clientes a China.
Luego está la Unión Europea (UE) un mercado de 514 millones de habitantes distribuido en 27 países que no están dispuestos a soportar más las amenazas arancelarias de Trump. Van a responderle de tú por tú.
Al menos en Europa prevalece un sentimiento antiamericano: la gente no está comprando nada Made in USA mientras las franquicias norteamericanas siguen perdiendo clientes. El fenómeno que lo motivo es una ola de indignación absoluta hacia la agresividad de Trump y el rechazo hacia sus oligarcas; en especial, contra Elon Musk… no van a perdonar sus injerencias, mucho menos sus posturas filonazis.
A COLACIÓN
El año pasado, in extremis, tras saber que Trump volvería a la Casa Blanca, la Unión Europea destrabó lo que ya parecía anquilosado en el tiempo: que el Mercosur tuviera un acuerdo de asociación con los 27 países que forman el club europeo. Trump lo ha hecho posible.
La UE buscará compensar comercialmente lo que pierda con los aranceles norteamericanos y para ello aprovechará los acuerdos comerciales con el Mercosur y con México. Al tiempo que se plantea vender más hacia los países árabes, India e inclusive, China.
Esas relaciones UE-Mercosur pueden llegar a ser bastante significativas. El llamado Mercado Común del Sur es un bloque regional de integración económica y política que se estableció en 1991 con el objetivo de facilitar el comercio y la cooperación entre sus países miembros.
Actualmente, los países que conforman el Mercosur son: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela aunque lleva suspendido ya un tiempo debido a su dictadura. También hay Estados asociados como Chile, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, que mantienen acuerdos comerciales con el bloque.
La UE es el principal socio comercial y de inversión del Mercosur. Las exportaciones de la UE al Mercosur fueron de 56 mil millones de euros en bienes en 2023 y de 28 mil millones de euros en servicios en 2022. La UE es el mayor inversor extranjero en el Mercosur, con un stock de 340 mil millones de euros en 2021. ¿Qué se espera? Que se aproveche al máximo esas relaciones entre ambas orillas del Atlántico. Este acuerdo representa un beneficio mutuo tanto para la UE, como para el Mercosur, ya que crea oportunidades de crecimiento, empleo y desarrollo sostenible para ambas partes. Y, es una buena forma, de mandar a Trump a la mierda