Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
Ya nada queda de las temporadas estivales de antaño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial coinciden que 2023 fue el año más caluroso registrado a nivel global; el meollo es que el año en curso, su verano, podría superar las temperaturas récord del año pasado.
Jim Wiederhold, gerente de productos de índices de materias primas de Bloomberg, recuerda que a pesar del fenómeno de El Niño de 2023 las materias primas blandas, como el cacao, el café y el azúcar, registraron un sólido rendimiento; pero, se afectaron otros como la producción de los cereales.
Y la sequía, combinada con la ausencia de los ciclos de lluvias, está afectando el caudal marítimo, a tal punto, que siguen dándose retrasos en los envíos marítimos en el Canal de Panamá debido a los bajos niveles de agua; otros cuellos de botella van registrándose en el Misisipi en Estados Unidos y en el Rin en Europa.
La mayoría de los cereales se envían a través de rutas comerciales marítimas, por lo tanto, el clima incide como un factor dual para las cosechas y para su transporte.
El Niño es un fenómeno natural y uno de los principales impulsores del clima mundial. La etapa 2023 a 2024 que comenzó a mediados del año pasado está condicionando la producción de los alimentos y por lo tanto, su precio final.
Reena Ghelani, coordinadora de Crisis Climática para la Respuesta a El Niño y La Niña, asegura que entre 40 a 50 millones de personas están afectadas por este fenómeno en diversos países.
La ONU liberó 54 millones de dólares para diversos fondos a favor de las economías más vulnerables en renglones tales como lucha contra la sequía extrema, incendios en los cultivos y pozos de agua.
La sequía en el sur de África ha provocado escasez de cosechas y un aumento de los precios de los productos básicos. El Niño también está contribuyendo al intenso calor en Asia.
También se han observado condiciones más secas de lo habitual en gran parte de México, América Central y América del Sur. Además, el Canal de Panamá experimenta un tráfico restringido debido a los bajos niveles de agua.
No hay país del mundo libre de afectaciones climáticas. El Foro Económico Mundial advierte que la producción de trigo en Australia, el segundo mayor exportador mundial del grano, está alterada por el clima seco; mientras que la producción de aceite de palma y de arroz en Indonesia, Malasia y Tailandia podrían vivir las condiciones contrarias con intensas lluvias.
A COLACIÓN
¿Qué perspectivas tiene la producción de cereales en Asia? Los expertos ven probable que una disminución de la producción de cereales y oleaginosas en Asia, aumente las preocupaciones sobre el costo de los alimentos para los consumidores más vulnerables del mundo. Primordialmente en países africanos y latinoamericanos.
En especial, llama la atención la situación de Australia: este país junto con Rusia y Estados Unidos son los tres principales exportadores de trigo y lleva ya varios meses con una sequía acuciante que amenaza con echar abajo sus metas de producción de trigo.
Después está la producción de aceite de palma: son Indonesia y Malasia, los que suministran el 80% del aceite de palma mundial, sus agricultores tienen la mirada puesta en el inminente verano.
Además, este fenómeno de El Niño incide negativamente en la producción de arroz y de semillas oleaginosas en los países de Asia meridional; en India y China, hay preocupación porque el clima seco reduce las cosechas.
Ghelani señala que el mundo atraviesa una etapa de transición climática y eso implica que El Niño se irá dejando atrás para dar paso a la aparición de La Niña lo que implica climas más húmedos y lluvias abundantes.
Ambos fenómenos son extremos y no contribuyen al sano desarrollo de las cosechas; el primero, trae una sequía aguda y la segunda, lluvias intensas, elevación de la humedad y hasta granizadas. Ahora mismo el futuro inmediato de los precios de los productos básicos seguirá en manos del clima, así como, de la geopolítica y geoeconomía. ¡Por lo pronto verano peligroso!