Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
España se ha comprometido ante la OTAN a elevar a un 2% su gasto en defensa militar antes de 2030, sin embargo, las condiciones de vida de sus tropas son precarias lo que, de no atenderse con prontitud por el Ministerio de Defensa, puede convertirse en una debilidad en tiempos de vorágine geopolítica, guerras y roces geoeconómicos.
En voz de Marco Antonio Gómez, la situación de las tropas es casi de abandono por parte de la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, porque no ha cumplido con los compromisos que, en su momento absorbió ante la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) consistentes en mejorar las condiciones salariales y atender las demandas en torno a la profesionalización que los militares reciben durante su vida en el Ejército.
En entrevista, el presidente de ATME me recordó que después de la primera reunión sostenida con Robles recién llegada al frente del Ministerio, llegó a creer que las condiciones realmente cambiarían.
“Creímos que por fin atenderían nuestras peticiones porque nosotros siempre lo damos todo: hemos estado, en todas y cada una de las catástrofes a las que nos han enviado, tanto dentro como fuera, de nuestro país”, subrayó Gómez.
La ministra Robles si bien se comprometió a tener más reuniones con ATME no ha cumplido, lo que para Gómez es “decepcionante” porque confiesa que él en un principio creyó que la ministra de Defensa “vendría a cambiar las cosas” pero no lo hizo. “Nos ha dejado olvidados”.
Tenemos, me dijo Gómez, cada vez más gasto militar debido a la invasión de Rusia a Ucrania pero a las tropas españolas no les llega una mejora, ni en su salario, ni en sus condiciones de vida.
“Y nosotros somos los que nos jugamos la vida porque siempre estaremos en el momento en el que nos llamen. Pero sí quiero decir que somos los peor pagados de toda la Administración Pública nuestros soldados y marineros están cobrando la friolera de 1 mil 134 euros netos es lo que un soldado lleva a su casa aquí en España… es una auténtica vergüenza; es más, a un guardia civil o a un policía nacional, les han subido un media de 400 a 500 euros el sueldo”, reiteró.
A día de hoy, prosigue el militar, es una auténtica vergüenza: “Por una sencilla razón, somos los garantes de la defensa, de la libertad del país y cada vez que nos necesitan para cualquier tipo de catástrofes, tanto dentro como fuera, siempre recurren al Ejército. Lo hemos visto con la pandemia, el volcán de la Palma, las inundaciones o los incendios”.
Eso sí, el militar español dijo que no se escatima en la compra de carros de combate ni en nuevo armamento pero nadie toma en cuenta al personal que usará dicho armamento para saber en qué situación económica se encuentra. Prácticamente un soldado está en el escalafón más bajo de pagos: una persona que trabaje en un supermercado en España de media puede ganar entre 1 mil 400 a 1 mil 600 euros al mes.
Entonces, la situación es muy compleja para las Fuerzas Armadas en España que están conformadas por 120 mil militares de todos los rangos. El cabo primero Gómez, explica en esta exclusiva, que este sueldo es para todos los militares de tierra, de mar y de aire, aunque con el tiempo van ascendiendo. No solo existe está injusticia salarial en la escala de tropa y de marinería que Gómez cita “es la peor pagada de España” también se dan casos de sargentos y sargentos primeros que después de tres años de Academia dejan sus puestos para irse a la Guardia Civil, como rasos o policías locales, porque ganan más en esos puestos que como sargentos o sargentos primeros.
Además, el soldado Gómez trae a colación que la tropa constantemente tiene que hacer concursos de oposición para soldado, luego para acceder a cabo, después a cabo primero; y luego examinarse para la permanente, después para cabo mayor.
Bajo ese panorama, un soldado a los 45 años de edad, debe salir de las Fuerzas Armadas y se va con 600 euros al mes y sin la acreditación profesional para poder reinsertarse laboralmente como civil. Gómez insiste en que es necesario que el Ministerio de Defensa escuche y atienda sus demandas: “Da igual si son mil que cuatrocientos estamos hablando de militares que son los garantes de la libertad y de la seguridad del país. Cuando un militar sale a la calle a gritar dignidad deben replantearse que algo está pasando, sin embargo, no nos hacen caso”.