EUA exige su derecho de reconstrucción

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia

El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, señala que las  fuerzas rusas avanzaron a un ritmo promedio de 27.94 kilómetros cuadrados por día en noviembre de 2024; de 18.1 kilómetros cuadrados, por día, en diciembre de 2024 ;y, de 16.1 kilómetros cuadrados por día, en enero de 2025.

          Además, puntualiza, que la mayoría de las ciudades ucranianas no han sido destruidas. Muchas de las ciudades más grandes de Ucrania, incluidas Kiev, Leópolis, Dnipro y Odesa, han evitado la destrucción y siguen funcionando.

          “Rusia ha arrasado algunas ciudades ucranianas a medida que las ha atacado y ocupado, como Mariúpol.  Las ciudades del 80% de Ucrania que las fuerzas rusas no han ocupado han permanecido en gran medida intactas durante la invasión rusa, aparte de los ataques rusos deliberados contra infraestructuras críticas y civiles”, señala este organismo.

           El presidente Trump quiere que sus multinacionales estén in situ reconstruyendo la infraestructura destruida y levantando grandes complejos inmobiliarios. Reclama derecho de preferencia por ser, según lo ha declarado, el país que más dinero ha dado a Kiev en ayudas económicas y militares.

           Eso para Europa es un dato incorrecto, como lo es así mismo, para Kiev. El propio Instituto para el Estudio de la Guerra, aclara que Europa (incluidos los miembros de la Unión Europea y Reino Unido) ha superado a Estados Unidos en términos de asignaciones acumuladas de ayuda directa, militar y no militar, a Ucrania.

           “Europa ha proporcionado a Ucrania un total de 166 mil  millones de dólares en ayuda acumulada y ha prometido 34 mil 700 millones de dólares adicionales que se asignarán hasta 2030. Europa ha proporcionado y prometido aproximadamente 204 mil 100 millones de dólares en total: más de 174 mil  millones de dólares de la UE; unos 13 mil 900 millones de dólares de Noruega y 16 mil 200 millones de dólares de Reino Unido, en comparación con los 183 mil millones de dólares de Estados Unidos”, puntualizó este reconocido think tank.

           Estas cifras no incluyen los compromisos de la UE y el G7 de conceder préstamos a Ucrania financiados con los ingresos generados por los activos rusos congelados. Los préstamos europeos a Ucrania están respaldados por los ingresos de los activos rusos congelados, no por los de Ucrania.

            La UE tiene aproximadamente 220 mil 500 millones de dólares en activos rusos congelados; de éstos,  la UE ya ha puesto a disposición de Ucrania 1 mil 600 millones de dólares de activos rusos inmovilizados y ha desembolsado 3 mil 200 millones de dólares en préstamos, el pasado mes de enero.

A COLACIÓN

          El Instituto para el Estudio de la Guerra puntualiza que Ucrania no ha hecho mal uso del dinero, ni tampoco ha desviado la ayuda proporcionada por diversas instituciones norteamericanas.

           Sin embargo, Trump se aferra a ejercer una extorsión a Kiev. Y pretende tener el derecho máximo y privilegiado de ser el reconstructor aunque a ciencia cierta el 90% de la destrucción está causada en los territorios que ocupan los rusos. ¿Reconstruirá Estados Unidos en dichos territorios ocupados? Eso tendría que formar parte de una negociación con Putin.

             Por supuesto,  al dictador ruso, no le está haciendo nada de gracia que  Trump quiera poner los dos pies económicos e imperialistas de Estados Unidos en Ucrania. El mensaje es claro para Putin: no solo Rusia hará negocio.

             Mientras tanto,  la UE que utiliza los activos congelados rusos como aval del dinero que le ha dado a Ucrania, está más enfocada en tener garantías de seguridad y de paz. Es su máxima preocupación y mantra debido a que todos los servicios de inteligencia desde Reino Unido, hasta Polonia o Eslovenia advierten que Putin invadirá a otros países como Georgia, Moldavia, los Bálticos y Polonia.

              La obsesión de Trump por la figura de Putin, aunada a su ambición económica, nublan el pensamiento del presidente norteamericano que sigue demostrando su ignorancia histórica; y, una exacerbada ingenuidad, al creer que a él  lo respeta el dictador ruso y que, por ese simple hecho, no volverá a atacar a Ucrania. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *