Europa: verde que te quiero verde

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia

En Europa, la transición verde presenta una gran oportunidad para la industria europea al crear mercados para tecnologías y productos limpios. Estas nuevas propuestas tendrán un impacto en todas las cadenas de valor en sectores como la energía, el transporte así como en  la construcción.

          Ya en numerosas ocasiones, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha insistido en que Europa tiene que ser “resiliente, verde y digital”. Para lograrlo, las políticas europeas han venido ajustándose alrededor precisamente del Pacto Verde Europeo.

          En el mismo sentido, Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, recordó que el  cambio climático es otra de las prioridades para los ciudadanos. A la pregunta  de los medios de comunicación sobre si la UE está haciendo lo necesario para alcanzar sus objetivos climáticos, Metsola respondió que “nunca es suficiente” porque se trata de una cuestión urgente.  

          Las ciudades y sus edificaciones así como los espacios públicos representan otro de los grandes retos para hacer una Europa más verde. La intención es que haya menos hormigón y más árboles, así como edificios sostenibles.

          La UE anticipa que habrá una nueva generación de arquitectos, ingenieros, desarrolladores urbanos con materiales ecológicos y sostenibles que moldearán la nueva arquitectura urbana. “Se podrán crear empleos verdes adicionales en el sector de la construcción”.

          ¿Qué tan verde es Europa? La propia Comisión de Urbanismo de la Comisión Europea indica que en término medio, alrededor del 40% de la superficie de las ciudades europeas se compone de infraestructura verde urbana, con alrededor de 18.2 metros cuadrados de espacios verdes de acceso público por habitante; el 44% de la población urbana de Europa vive a menos de 300 metros de un parque público.

          Sin embargo, la presencia de áreas verdes, tanto públicas como privadas,  en las ciudades varía mucho: mientras que algunos centros urbanos, como Viena  y Friburgo, en Alemania, tienen incluso áreas boscosas dentro de sus centros urbanos, otros carecen de áreas verdes, sobre todo en las regiones mediterráneas que están padeciendo temperaturas récord.

          “El verdor de las ciudades europeas ha aumentado un 38% en los últimos 25 años, mientras que a nivel mundial ha crecido un 12% durante el mismo período”, señalan desde Urbanismo.

          La Comisión Europea propone  que todos sus países miembros  renueven anualmente al menos el 3% de la superficie total de todos los edificios públicos; establecer un punto de referencia del 49% de energías renovables en edificios para 2030; que todos los países miembros aumenten el uso de energías renovables en calefacción y refrigeración en 1.1 puntos porcentuales cada año, hasta 2030.

           La Comisión Europea propone a los eurodiputados el restaurar los bosques, suelos, humedales y turberas de Europa. “Esto aumentará la absorción de CO2 y hará que nuestro medio ambiente sea más resistente al cambio climático”.

A COLACIÓN

          El futuro inmediato en la UE pasa por continuar la senda de Francia en cuanto a suspender los vuelos cortos para privilegiar las rutas cortas por tren; antes de diez años, el territorio europeo podría quedar vertebrado totalmente por vía férrea con trenes convencionales y de alta velocidad. Francia y España están por resucitar sus conexiones ferroviarias desde Madrid, hasta París, haciendo varias escalas.

         La Comisión Europea también propone una tarificación del carbono para el sector de la aviación, que hasta ahora se beneficiaba de una excepción. También propone promover combustibles de aviación sostenibles, con la obligación de que los aviones adopten combustibles mezclados sostenibles para todas las salidas de los aeropuertos de la UE.

         Por el lado, de los vehículos terrestres, la Comisión Europea tiene objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de CO2 de los turismos y furgonetas nuevos: un 55% de reducción de las emisiones de automóviles para 2030 y de las furgonetas.

         A partir de 2026, el transporte por carretera estará cubierto por el comercio de emisiones, poniendo un precio a la contaminación, estimulando un uso más limpio de combustibles y reinvirtiendo en tecnologías limpias. La UE quiere ser más verde y ser la primera con emisiones cero antes de 2050  y tiene todo a favor para lograrlo.

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