Los campos del Valle de Toluca se pintan de naranja, mientras el aroma inconfundible del cempasúchil impregna el aire, anunciando la llegada de las festividades de Día de Muertos
A pesar de su belleza, este año las variaciones climáticas han impactado negativamente la producción de la flor de los difuntos. Marco Antonio Carbajal, un floricultor de la región, explica que el exceso de agua ha enfriado la tierra, afectando el desarrollo de las plantas, debilitando muchas flores y provocando que algunas ni siquiera logren florecer.
Los productores mexiquenses, quienes cultivan alrededor de 2 mil 600 hectáreas de cempasúchil, están preocupados por el posible incremento en los precios debido a estas adversidades climáticas. Sin embargo, a pesar de los retos, los campos teñidos de naranja siguen atrayendo a quienes buscan admirar la belleza de esta flor emblemática.
Con una producción estimada de 130 mil manojos, el cempasúchil de Tenango del Valle y otros municipios mexiquenses es distribuido tanto en el mercado nacional como para exportación. Este año, más que nunca, el cempasúchil se alza como un símbolo de resiliencia ante las inclemencias del clima.