Jenny rompe estereotipos como operadora de grĂșas en el Valle de Toluca

Recorriendo hasta 100 kilĂłmetros sobre su grĂșa para asistir a quien la necesita, Jenny SĂĄnchez ha desafiado las expectativas en un campo dominado por hombres, convirtiĂ©ndose en la primera operadora de grĂșas en el Valle de Toluca.

Jenny SĂĄnchez / Operadora de grĂșa

“Yo soy la Ășnica, porque mi papĂĄ se ha dedicado a eso de las grĂșas, trabajaba en un taller y tenĂ­a su grĂșa y yo me aventĂ© a manejar la grĂșa y ya tengo como 15 años manejando”.

Nacida en una familia dedicada a las grĂșas, Jenny creciĂł rodeada de camiones y maquinaria pesada, heredando el gusto por este oficio de su padre.

JesĂșs SĂĄnchez / PapĂĄ de Jenny

“Desde chica le gustaron los carros, en vez de que le comprara sus muñecas le compraba sus carros”.

Desde entonces, ha demostrado habilidad y determinaciĂłn para realizar maniobras complicadas, trabajando mĂĄs de 11 horas al dĂ­a y recorriendo municipios del Valle de Toluca, incluidos Coatepec Harinas y Valle de Bravo. En su trayectoria, no ha encontrado a ninguna otra mujer que comparta su oficio.

Jenny SĂĄnchez / Operadora de grĂșa

“A veces se admiran que una mujer maneje o haga este tipo de trabajo. No se nos complica, mientras le echas ganas y la necesidad es la que nos hace hacer esto”.

JesĂșs SĂĄnchez / PapĂĄ de Jenny

“A cualquier lado va, no tiene ningĂșn detalle para no salir a carretera o aquĂ­ en la ciudad, ha salido muy bien operadora”.

Jenny no solo se dedica al servicio de grĂșas, sino que hace tres años aprendiĂł a realizar reparaciones de llantas, ofreciendo un servicio completo a sus clientes en el municipio mexiquense de Metepec.

Jenny SĂĄnchez / Operadora de grĂșa

“Aprendí viendo y luego me metí a hacerlo”.

Esto ha ampliado sus oportunidades para generar ingresos, los cuales utiliza para sacar adelante a su hijo de 16 años, a quien ya estĂĄ transmitiendo sus conocimientos para que continĂșe el negocio familiar. Mientras tanto, Jenny sigue conduciendo su grĂșa con orgullo y demostrando que no hay lĂ­mites para lo que una mujer puede lograr en cualquier campo.