La política de la extorsión

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia

La política de la extorsión de Donald Trump tiene a medio mundo al borde del hartazgo: bajo la amenaza de tomar a la fuerza el Canal de Panamá ya logró que el presidente panameño, José Mulino,  no renueve el acuerdo de entendimiento con China bajo el marco de la Nueva Ruta de la Seda.

          Ha logrado igualmente que Gustavo Petro, mandatario de Colombia, acepte sendos vuelos con colombianos deportados desde Estados Unidos luego de resistirse y ser sancionado su país con aranceles del 25% por parte de la Unión Americana.

          Trump es Al Capone. Lleva su misma práctica de acoso y derribo que lo ha encumbrado como magnate inmobiliario en su país hacia su gestión pública al frente del gobierno norteamericano.

          Y lo hace sin pudor. Es un felón, un gobernante delincuente que quiere demostrarle al dictador ruso, Vladimir Putin, que el gran macho man de la aldea global gobierna desde la Casa Blanca. Curioso porque, Putin estos días no ha dicho esta boca es mía.

          Con Ucrania, pretende condicionar la ayuda militar a que el gobierno de Selenzki, entregue el negocio de la explotación de las tierras raras para otorgárselo a empresas norteamericanas.

           Así es esto: la bolsa o la vida. No tuvo Trump reparo alguno en citar en Mar-a-Lago a Mark Zuckerberg y ponerle muy claro que si quiere entrar en el círculo de confianza trumpista, con esa nueva oligarquía tecnológica que lo rodea, debe por supuesto, congraciarse con el republicano.

           Así Meta acordó pagar 25 millones de dólares para resolver una demanda presentada por el presidente Trump  contra la empresa de Zuckerberg luego de que decidiera suspender su cuenta tras el ataque del Capitolio, del 6 de enero de 2021.

A COLACIÓN

           Mientras en Europa destacan la cabeza fría de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para no caer en la provocación de Trump y llevarlo a negociar una prórroga de la entrada en vigor de los aranceles del 25%, la Unión Europea (UE) ve con cierta esperanza  hacer  la misma jugada en caso de que también figure en la cartografía de los castigos arancelarios.

           Si bien no se sabe la letra pequeña de lo que ofreció la mandataria Sheinbaum (y todo lo que fue aceptado en  materia de recibir flujos y flujos de ilegales) hay dolor de por medio: es muy desagradable tratar de entenderse con un perro lleno de rabia.

          Hay dolor por ver cómo un aliado, un socio, un partner, se convierte en la peor pesadilla de Occidente. ¿Qué no debería castigar a los estados parias y a las dictaduras?

          No es un buen augurio lo que está aconteciendo, ni para las economías involucradas en las sanciones arancelarias,  ni para el resto del mundo. Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial ajustarán a la baja el crecimiento mundial.

          Una política comercial proteccionista en la que se rompen los equilibrios con sus tradicionales socios comerciales es una pésima señal que ya reinterpretan China y Rusia. Ambos países avanzan con los BRICS para crear su gran bloque comercial, tejen alianzas y buscan sus propias zonas de influencia mientras Trump ignorante de la Historia está rompiendo a mazazo limpio con sus zonas de influencia y ataca a sus aliados.

           Las murallas comerciales trumpistas pertenecen al medioevo, en ningún modelo económico imperante se han entretejido tantas cadenas de valor vinculantes como sucede en pleno 2025. Hoy el aleteo de una mariposa en  Sudáfrica causa un impacto en Australia.

           Y, por supuesto, Ursula von der Leyen, puede ir poniendo sobre de la mesa de su escritorio, ese documento que ya tiene preparado para responder a los aranceles que Trump impondrá a diversos productos de la Unión Europea (UE). Porque, Europa is next.

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