El Estado de México está viviendo una sacudida con la “Operación Atarraya”. En su segunda fase, esta estrategia ha asegurado 288 bares y chelerías en tan solo dos días, sumando un total de 505 establecimientos intervenidos en 51 municipios desde que comenzó la iniciativa.
La misión no es sencilla: estos lugares son señalados como posibles puntos de actividades ilícitas como el trasiego de drogas, trata de personas y extorsión, además de servir como fuentes de financiamiento para grupos delictivos.
En esta ocasión, el operativo desplegado los días 10 y 11 de enero abarcó 47 municipios, con una intervención simultánea que contó con la participación de la Fiscalía del Edoméx, fuerzas federales como la Sedena, Marina y Guardia Nacional, y el Gobierno estatal.
¿Qué encontraron?
Además del cierre de los establecimientos, las autoridades decomisaron narcóticos, armas de fuego y otros indicios, además de detener a 10 personas, quienes ya están bajo investigación. Los inmuebles clausurados permanecerán cerrados mientras se concluyen las diligencias correspondientes.
Esta estrategia, que inició en diciembre de 2024, busca recuperar espacios y combatir la violencia generada por el crimen organizado en el Estado de México. “Atarraya” no solo actúa en los establecimientos que funcionan de forma irregular, sino que también se enfoca en investigar a posibles servidores públicos vinculados a estas redes delictivas.
Mientras tanto, los municipios intervenidos, desde Ecatepec hasta Valle de Bravo, respiran una sensación de cambio, aunque el trabajo apenas comienza. La promesa es clara: erradicar los puntos que alimentan la inseguridad y devolver la tranquilidad a la región.