Aquí, las velas están listas para acompañar a las familias mexicanas durante cada mes del año, en un ritual que mezcla fe, tradición y esperanza.
Sin embargo, en este taller ubicado en Toluca, Estado de México el panorama no es alentador: este año, los pedidos han caído poniendo en riesgo una costumbre que por generaciones ha sido luz en los hogares.
El taller, impregnado del aroma dulce de la cera derretida, es el escenario de un proceso meticuloso que combina tradición y creatividad. Cada vela, destinada a un mes específico, lleva colores y significados particulares entre ellos:
(Gráfico)
• Blanca para enero, símbolo de paz y nuevos comienzos.
• Verde para marzo, que representa la salud.
• Dorada para diciembre, atrae prosperidad y cierre de ciclos.
Las velas, se tiñen cuidadosamente con pigmentos de alta calidad. Luego, se empacan, listas para ser encendidas mes a mes en ceremonias familiares o rituales personales.
Con precios accesibles, entre 65 y 90 pesos, las velas docenario son más que adornos: son compañeras de un año lleno de intenciones y esperanza.
A pesar de los retos, este taller sigue trabajando para mantener encendida la chispa de la tradición.