Continúa el periodo de inestabilidad financiera en México tras los resultados electorales del dos de junio pasado. Tanto el presidente López Obrador, como la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, reiteraron la intención de que avance la reforma al Poder Judicial en septiembre próximo, el principal foco de preocupación que actualmente tienen los inversionistas sobre el país.
La gran pregunta es hasta dónde podría depreciarse la moneda mexicana. No hay una respuesta clara.
El tipo de cambio ha sobre-reaccionado y un gran componente de la depreciación se explica por un tema especulativo (miedo) en torno a lo que pudiera terminar pasando en el país en caso de aprobarse dichas reformas constitucionales.
Debido a la especulación, es muy complejo anticipar los movimientos de muy corto plazo. Pero al mismo tiempo, conforme se reduzca la aversión al riesgo, esta especulación se irá disipando, lo que ayudaría al tipo de cambio a consolidarse alrededor de un nivel de forma estable.
Por otro lado, debido a que el escenario actual político de México cambió a uno de mayor riesgo, esto implica que existe un piso para la apreciación de la moneda mexicana. En ese sentido, si bien no se puede descartar observar otra vez valores por debajo de los $17.0 tal cual cotizaba previo a la elección, no es el escenario base en la actualidad.
Con estas premisas, podríamos tratar de anticipar el comportamiento de la moneda mexicana para de aquí hasta finales de agosto. El mes de septiembre se vuelve una incógnita todavía mayor debido a que sería el mes en el que se termine aprobando una reforma al poder judicial, y la reacción final en el tipo de cambio dependerá de lo que se termine votando en el congreso mexicano.
El peso estará muy dependiente de cualquier declaración de los actores políticos involucrados en el tema de la reforma del poder judicial. Debido a que ya es un hecho su eventual aprobación, los comentarios en esa misma tónica tendrían efectos negativos limitados.
Pero, podría haber sorpresas en torno a posibles ajustes en la propuesta inicial de reforma del presidente Lopez Obrador, conforme avance el diálogo previsto para analizar los detalles de esta. No se puede descartar que se plantee incorporar algún mecanismo que reduzca el principal temor: elegir candidatos a modo para la Suprema Corte. Esto podría favorecer, en determinado momento, la cotización cambiaria.
Además, en caso de incrementarse la volatilidad y en determinado momento presentarse problemas de liquidez, Banxico podría intervenir a través de mecanismos para subastar dólares u operaciones de forwards. Aunque su efecto es temporal y se diluye conforme el paso de los días, inicialmente podría contribuir a mejorar el desempeño del peso.
También Banxico tiene programada dos reuniones de política monetaria en el periodo del análisis: 27 de junio y 8 de agosto. La intención de la autoridad es continuar con el proceso de recortes de tasas de interés. En caso de confirmarse bajas en los dos encuentros, tendría una afectación en el valor de la moneda mexicana. Por el contrario, dejarla sin cambios apoyaría en recortar parte de las pérdidas.
Además, los inversionistas están esperando la revelación del gabinete de Claudia Sheinbaum. En la práctica, los perfiles del equipo de colaboradores más cercano a la próxima presidenta, va a decir mucho de la visión de país y del estilo de gestión que tendrá. Hay indicios, de que Sheinbaum incorporará perfiles más técnicos, así como personajes con una trayectoria política sólida entre sus colaboradores. Pero también es incierta la injerencia que tenga López Obrador en la política económica y en el gabinete de Claudia. En caso de interpretarse que sería un gabinete técnico, sería bien recibido por los mercados financieros locales y; viceversa.
Del lado externo, el principal elemento es la especulación en torno a los futuros pasos de la Fed en materia de tasas de interés. El mercado le apuesta a que el primer recorte podría darse en septiembre. Las apuestas en torno a ello dependen de las cifras de inflación y empleo. En el escenario base, esperamos que se consolide la idea de recortes, lo cual le beneficia al peso mexicano.
En resumen, la tendencia de corto plazo se mantiene de depreciación, la cual podría durar varios días o semanas más. Sin embargo, hay elementos para esperar que la moneda mexicana rompa esa tendencia y se recupere hacia niveles cercanos a $18.0 antes de agosto y septiembre donde podríamos ver otro episodio de nerviosismo y depreciación (donde se pueda superar los $20.0 por dólar).
Así, el rango esperado para el resto de junio y julio podría ser $17.80 – $19.0 spot.