#TomaEnCuenta
Maricruz Rivera Garzón
Cada vez son más los llamados de atención de militantes y líderes del Partido Revolucionario Institucional en el Estado de México, para que algunos de sus miembros que han tenido importantes cargos en la entidad e incluso en el Gobierno Federal, cesen de sabotear a la actual dirigencia partidista y tratar de dividir y crear las condiciones para que no se consolide al frente del tricolor para el periodo 2025-2029.
Se dice que, a través de guerra sucia y fuego amigo, tratan de desestabilizar al proceso político que vive el PRI para que logre, luego de la renuncia de Ana Lilia Herrera, una reestructuración, renovación y reposicionamiento entre la población mexiquense para recuperar las mayorías y el respaldo popular, perdidos en las pasadas elecciones estatales, municipales y federales.
En los pasillos del edificio del PRI-EdoMéx se habla especialmente del político mexiquense Ricardo Aguilar Castillo, quien fuera promovido en varios cargos estatales y federales por el exgobernador y expresidente de la República, Enrique Peña Nieto, como uno de los principales instigadores.
Distintas voces exclaman que debería tomar en cuenta que todo partido u organización política, tiende inevitablemente a ser dirigido por un fuerte grupo dirigente, en especial en tiempos de crisis, pues para funcionar eficazmente, requiere de una estructura centralizada.
Hay quien afirma que hoy en día la cohesión y disciplina partidista es condición necesaria para conformar una oposición fuerte y con un futuro político esperanzador y combativo.
Y se lamentan que así estén las cosas en el otrora omnipotente partido político mexiquense, padeciendo cacicazgos que no saben actuar y operar con las nuevas condiciones democráticas y por el contrario socaban, bloquean, dividen y sabotean a las dirigencias legalmente establecidas.
Para tomar en cuenta.