Trump se arropa de los fascistas europeos

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia

A la toma de  posesión de Trump, como nuevo presidente de Estados Unidos, no han sido invitados ninguno de los presidentes socialdemócratas, ni mucho menos de izquierdas. A la ceremonia han sido invitados  los mandatarios de ultraderecha y  también los diversos líderes y representantes de estos partidos una mayoría de ellos fascistas… por España, no irá el socialista Pedro Sánchez, sino Santiago Abascal, líder de Vox, que tiene como héroe al dictador Francisco Franco.

            Quiero señalar que Trump y sus oligarcas con los que gobernará Estados Unidos en los próximos cuatro años están causando un enorme revuelvo en Europa: en los últimos días, el megamillonario sudafricano Elon Musk ha lanzado una campaña de odio en su red social X contra el primer ministro laborista, Keir Starmer, acusándolo de contubernio durante su etapa de fiscal por no juzgar a diversos implicados en una trama de explotación sexual de menores en Reino Unido que habría sucedido hace más de una década.

            Desde la campaña electoral, ya el propio Trump en diversas intervenciones acusó a Starmer de “flagrante interferencia extranjera” en las elecciones presidenciales de Estados Unidos  por un viaje de sus activistas para ayudar a la candidatura de Kamala Harris.

            Los abogados de Trump presentaron entonces una queja contra el Partido Laborista de Reino Unido  porque cien miembros de su partido viajaron a la Unión Americana para hacer campaña a favor de Kamala Harris en cuatro estados.

            El primer ministro Starmer negó que fuesen enviados por encargo del Partido Laborista y refutó que solo eran activistas simpatizantes de Harris que iban como voluntarios de forma personal.

            Desde la victoria de Trump, ha sido Musk el encargado en su red social de atacar de forma mordaz al gobierno del izquierdista Starmer llegando a pedir su dimisión  y en un arrebato publicó en su cuenta de X si “Estados Unidos debería liberar al pueblo de Gran Bretaña de su gobierno tiránico”.

            La realidad es que Trump no quiere entenderse con el gobierno de Starmer y pretende un cambio de liderazgo que permita un acercamiento en los temas que más le interesan al republicano: negacionismo del cambio climático; políticas y retórica antiinmigración; aislacionismo y nulo apoyo a Ucrania contra la invasión rusa.

A COLACIÓN

            Musk, junto con el empresario de origen hindú, Vivek Ramaswamy, dirigirán el  Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y se ha convertido en el principal aliado de Trump  mostrando además una profunda sincronía ideológica de corte supremacista.  En Alemania, su red social, alienta el triunfo de los grupos de ideología Nazi.

           En plena efervescencia política-electoral en Alemania, ante las próximas elecciones generales del 23 de febrero próximo, también Musk pretende interferir maniobrando a favor de la extrema derecha: “Solo la AfD puede salvar a Alemania de la hecatombe”.

          Su apoyo además es incondicional, de hecho, mantuvo una conversación en vivo  transmitida por X con Alice Weidel, líder de Alternativa para Alemania (AfD).  Weidel es una economista y lesbiana además nieta del exjuez  nazi, Has Weidel.

          En su momento, la propia Angela Merkel, en sus años como primera ministra, dedicó constantes discursos para recordar a sus compatriotas toda la devastación y muerte que ocasionó el Nazismo en su país. Merkel reiteraba una y otra vez que la democracia será imperfecta pero es la mejor forma de gobierno y la única en la que cuenta toda la ciudadanía.

          La dialéctica tiene la peculiaridad de la repetición de los ciclos. En Austria, han empezado las protestas ciudadanas para evitar que la ultraderecha gobierne por vez primera desde el final de la Segunda Guerra Mundial tras la caída del nazismo.

          El Partido de la Libertad, contrario a la inmigración y euroescéptico, que se opone a las sanciones contra Rusia y está dirigido por Herbert Kickl, ganó las elecciones parlamentarias de Austria en septiembre pasado con  el  28.8% de los votos. El Partido Popular Austriaco del canciller saliente, Karl Nehammer, quedó en segundo lugar.

          El presidente Alexander Van der Bellen  dio la primera oportunidad de formar gobierno a Nehammer pero fracasó en su intento y ahora concede, a la ultraderecha del Partido de la Libertad, la formación de gobierno. El Partido Popular ha dado un paso adelante señalando que estaría dispuesto a aliarse con Kickl.

          Hay revuelo entre los fascistas. La vuelta de Trump a la Casa Blanca empodera a la ultraderecha que está dispuesta a asaltar el cielo del poder desde España, hasta Rumanía, para así pintar el  mapa de  antieuropeístas y muchos incluso partidarios de Putin.  Con Trump estará por supuesto, la primera ministra, Giorgia Meloni  cuyo partido es heredero del fascismo de Mussolini. Los pares se reconocen…

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