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Aumento al salario mínimo como política pública
La llega de la pandemia de Covid-19 a nuestras vidas se convirtió en una problemática de índole social, política y económica. En este último rubro, aún persisten algunos recuerdos de los que aún nos seguimos recuperando a nivel mundial y en nuestro país. Toda vez que durante 2020 la economía mundial decreció 3.3 por ciento, así como unapérdida de alrededor de 225 millones de empleos de tiempo completo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.
En lo que respecta a nuestro país, el efecto de la pandemia de Covid-19 provocó una caída del 8.2 por ciento delProducto Interno Bruto en 2020. Lo que provocó una pérdida o subempleo de alrededor de 13 millones de personas en aquel año.
Por lo que una de las propuestas impulsadas en nuestro país para favorecer la recuperación económica y de los empleos, fue un incremento real a los salarios mínimos que perciben las y los trabajadores. Un hecho que se puso en práctica desde el primer día de 2020 y que fue considerado como histórico por las autoridades federales pues desde 1975 no se veía este aumento en términos reales.
Sin embargo, pese a que un aumento al salario mínimo para los colaboradores puede ser considerada como una buena propuesta, ésta se debe manejar como una política pública para que el sector productivo cuente con los tiempos, las condiciones y los elementos necesarios para adaptarse a estanueva estrategia de trabajo.
De lo contrario, de no darse este espacio de asimilación, puede darse el resultado que dentro del sector económico se priorice la contratación de personas eficientes sin que exista la opción de absorber la curva de aprendizaje que esta medida implicaría. Es sabido que esto dejará expuesto a los jóvenes que desean enrolarse en el mercado laboral, al contar con pocas herramientas y casi nula experiencia.
Especialistas como Luis Felipe Munguía Corella han señalado que este incremento al salario mínimo es importante pero no es la única política eficiente para reducir las desigualdades en el país: “El salario mínimo es una política muy exitosa, pero tiene sus límites y no se puede seguir incrementando indefinidamente”.
Tras el cambio de régimen a nivel nacional, así como en gran parte de las entidades federativas, uno de los principales objetivos que se ha buscado alcanzar a nivel federal, es el incremento del salario mínimo en beneficio de las y los colaboradores. Pues dentro de la actual administración federal, se busca alcanzar aumentos al salario mínimo de cuando menos 12 por ciento anual, en promedio. Asimismo, la titular del ejecutivo federal ha señalado que se ha planteado la posibilidad de que el salario mínimo tenga un valor de al menos 2 canastas básicas ampliadas para 2026.Recordando que, en la actualidad, la canasta básica ampliada urbana tiene un valor de 4 mil 718.55 pesos.
Y más aún, en un plan sexenal que se vería reflejado en 2030, se espera que el salario mínimo tenga una equivalencia de cuando menos 2.5 canastas básicas. Tomando en cuenta los valores actuales, esto implicaría llegar a un monto de 393.20 pesos diarios, o lo que es lo mismo, a 11 mil 796.40 mensuales.
Pese a que estos cambios pudieran traducirse en beneficios, no debemos perder de vista los retos que estos ajustes en el salario pueden representar para toda la cadena productiva del país, así como en indicadores económicos tan importantes como los costos laborales, la inflación y la dinámica del empleo, sobre todo en las pequeñas empresas. En lo que corresponde a las unidades económicas, es previsible que el incremento en el salario mínimo tenga impacto en los costos finales del producto o servicio que se ofrece.