Adquirir deuda no siempre es malo

Pese a que existe una idea generalizada de que adquirir una deuda puede representar una noticia negativa, esto no siempre es así. Ya que, al ser administrada de manera correcta y respetando la regla de oro de las finanzas, es decir, que toda la deuda se use para fines productivos. Las obligaciones adquiridas por las autoridades gubernamentales pueden ser positivas para la ciudadanía.

Más aún, la adquisición de deuda puede ser considerada una herramienta útil que las autoridades gubernamentales llegan a emplear de manera periódica para diferir sus gastos en el tiempo y así poder cumplir el conjunto de funciones que le son encomendadas.

Las preocupaciones y los temores respecto a la deuda pueden surgir cuando debido a las problemáticas u otras circunstancias, es decir, cuando se alcanza un punto de impago de estas obligaciones y compromisos, lo que genera el aumento de intereses con los acreedores.

Esta situación viene a ser representativa, toda vez que de acuerdo con la información entregada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dentro del marco macroeconómico de los Criterios Generales de Política Económica 2026, los compromisos económicos adquiridos por la presente administración federal crecerán hasta alcanzar un total de 28.2 billones de pesos hacia el año 2030.

Mientras que, al revisar estas últimas cifras proporcionadas por la SHCP, también podemos notar cómo es que las futuras generaciones van a heredar unos 9.1 billones de pesos adicionales de deuda. Lo que se traduce en un mayor estrés para la economía nacional que aún no logra alcanzar los niveles de crecimiento deseado.

Finalmente, si llevamos a cabo una comparativa de las cifras en este rubro, podemos darnos cuenta cómo es que la deudabruta logrará representar el 57.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al finalizar esta gestión (2024-2030), lo que significará la mayor tasa alcanzada desde 1988. Aunque vale la pena rescatar que esta proporción de la deuda mexicana continuará por debajo del promedio que gestionan los gobiernos de otras economías emergentes alrededor del mundo, que llega a alcanzar un promedio del 73.6 por cientodel PIB.

No podemos dejar de lado ni olvidar que México maneja una alta deuda pública, sin embargo, si con estos recursos se tiene previsto un incremento en la infraestructura o una mayor cantidad de proyectos que favorezcan el crecimiento del Producto Interno Bruto, se generará a corto, mediano o largo plazo una rentabilidad suficiente para cubrir tanto la deuda como para generar un impacto positivo en las finanzas públicas. De lo contrario, solamente se estará generando un hoyo cada vez más grande que más adelante será imposible de subsanar para atender los compromisos que el propio paísva generando.

Asimismo, además del estrés que la economía mexicana puede atravesar debido a los niveles de deuda que maneja, comenzamos a ver cómo se pronóstica que diversas instituciones reciban menos recursos debido a los recortes presupuestales que se prevén para 2026 dentro del paquete económico. De acuerdo con el documento, el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), podrían tener reducciones de alrededor del 18 por ciento de su presupuesto recibido, seguido de dependencias como Cultura, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, así como la Oficina de la Presidencia de la República.