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Dramático contraste entre Europa y Asia
Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
En la región de Europa y Asia central, el Banco Mundial destaca que su crecimiento económico se ha desacelerado este año, en buena medida por una caída en el ritmo de las exportaciones hacia Estados Unidos. De hecho, estima un menor PIB en dicha región con datos que anticipan un crecimiento de 2.4% cuando el año pasado cerró con un PIB de 3.7 por ciento.
En la opinión de Antonella Bassani, las economías en desarrollo de la región, deben emprender reformas audaces para traducir la resiliencia en un mayor crecimiento de la productividad, la producción y el empleo, de modo que deben adaptarse a los cambios demográficos regionales y capitalizar sus ventajas naturales.
Europa sobre todo sigue arrastrando problemas en su mercado laboral y la productividad no mejora, la larga crisis económica desatada en 2008 a causa de la quiebra de las subprime en Estados Unidos fue un mazazo en las economías europeas que aún deja algunas secuelas.
El Banco Mundial le recuerda a Europa que la inversión en infraestructura, la mejora del entorno para los negocios y la movilización de capital privado serán fundamentales para impulsar la productividad.
La complejidad del mercado laboral pasa por sus propios matices que Bassani resume a continuación: “Los países deben comenzar por invertir en la base del empleo: la infraestructura física y humana. También es necesario mejorar la calidad de la educación, en particular la formación profesional y la educación superior. Todavía hay un potencial sin explotar entre las mujeres y los jóvenes, que están subrepresentados en la fuerza laboral”.
De acuerdo con el organismo internacional, la región adolece de una desaceleración del crecimiento: un retraso de la productividad y enfrenta un escaso impulso de las reformas.
Hay un problema en la calidad del empleo que Bassani explica así: “ Si bien el empleo ha aumentado 12% en los últimos 15?años, especialmente en los servicios, que representan más de la mitad de los puestos de trabajo, la mayoría de las oportunidades se encuentran en puestos relativamente poco calificados y con un potencial de ingresos muy limitado”.
A COLACIÓN
Para la región de Asia oriental y el Pacífico, la valoración de los economistas del Banco Mundial es positiva en su desempeño de este año. Sin embargo, el grupo recomienda que se concluyan lo más rápido posible las reformas pendientes tanto en materia económica, financiera como de desregulación.
Solo unas reformas contundentes permitirán al largo plazo, generar empleo y un crecimiento más rápido en una región que continúa teniendo un desempeño superior al del resto del mundo.
En la?actualización económica de Asia oriental y el Pacífico se prevé un crecimiento regional de 4.8% este año; son tan solo un par de décimas menos respecto de 2024.
Hay economías que siguen mostrando un desempeño económico notable como: Vietnam que ocupa el primer lugar con un crecimiento de 6.6%, seguido de Mongolia (5.9%) y Filipinas (5.3%). Mientras que, China, Camboya e Indonesia, crecerán 4.8%, respectivamente.
No obstante, este modelo de desarrollo de Asia oriental se enfrenta a nuevos desafíos: 1) El crecimiento laboral está registrándose en los empleos que ofrecen servicios de baja productividad casi siempre son empleos informales; 2) los jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo; y, 3) la proporción de las mujeres en la fuerza laboral es aún menor.
Aunque se prevé que 25?millones de personas saldrán de la pobreza entre?2025 y?2026, en la mayoría de los países de la región, el porcentaje de la población que puede pasar a ser pobre ahora es mayor que el de la clase media.
Para Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico, la región se enfrenta a una paradoja de empleo: “El crecimiento económico es relativamente sólido pero no se crean suficientes empleos de calidad. La aplicación de reformas más contundentes para eliminar los obstáculos al ingreso de empresas y a la competencia puede desbloquear la entrada de capital privado y permitir que las empresas dinámicas y productivas prosperen”.
En sus pronósticos, el Banco Mundial indica que el crecimiento se desacelerará en esta región en 2026, con un PIB promedio que podría ubicarse en 4.3 por ciento.
“Los resultados de crecimiento dependerán del aumento de las restricciones comerciales, la atenuación de la incertidumbre y la desaceleración del crecimiento mundial, así como de las decisiones de política interna, especialmente la dependencia en algunos países de los estímulos fiscales en vez de aplicar reformas estructurales”, según el organismo.