Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
En medio de los rifirrafes diplomáticos, entre Venezuela y España, se añade la acusación del gobierno de Maduro de un complot orquestado en su contra tanto, por la CIA, como por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ello tras detener a dos españoles, tres estadunidenses y un ciudadano checo a los que acusa de querer atentar contra Maduro.
El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, fue el encargado de realizar el anuncio sobre el supuesto complot internacional contra el dictador Maduro.
El pasado 14 de septiembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos, confirmó la detención en Venezuela de un militar norteamericano, y al parecer, habría más estadunidenses aprehendidos.
“Estados Unidos dirige esta operación, España es como decir el que iba a suministrar los mercenarios extranjeros para la realización de esta operación”, aseguró Cabello en una entrevista con el canal Telesur.
El funcionario venezolano aseveró que el CNI estaba organizando una operación, en la que participarían mercenarios de origen francés cuya misión era tomar el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en Caracas.
“Estos grupos buscan apoderarse de las riquezas del país y nosotros como gobierno responderemos con firmeza a cualquier intento de desestabilización”, añadió Cabello.
Por su parte, Estados Unidos, negó la participación en un complot contra Maduro o alguno de sus funcionarios y conminó a buscar una solución pacífica para las partes.
A su vez, la embajada española en Caracas, ha solicitado al gobierno de Maduro a través de una nota diplomática más información sobre los ciudadanos españoles detenidos y los delitos que supuestamente han cometido. Hasta la fecha no han recibido respuesta. Digamos que esto parecer ser más una venganza de Maduro y una forma de desviar la atención hacia lo verdaderamente innegable: se ha robado una elección para perpetuarse como dictador.
A COLACIÓN
A Maduro lo arropan los gobiernos de China y Rusia principalmente. Poco le importan, más o nuevas sanciones económicas, impuestas por Estados Unidos o la Unión Europea.
Mientras en Europa se habla del proceso de “cubanización” de Venezuela, en Rusia y en China, su cercanía con el país sudamericano es un maná de oportunidades: el próximo 23 y 24 de octubre, en la ciudad rusa de Kazán, se llevará a cabo la reunión de los BRICS y Maduro será el invitado estrella.
No se descarta que el dictador ruso, Vladimir Putin, invite a Venezuela a unirse a los BRICS; este bloque formado por: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, como socios originales, vive una fase de expansión incluyendo a países como: Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos que se incorporaron desde el pasado 1 de enero.
¿Por qué interesa tanto Venezuela? Rusia ha sido uno de los aliados más cercanos del régimen chavista, ya en 2006 con Hugo Chávez en el poder, se firmó un acuerdo de suministro de armamento sobre todo aviones de combate rusos a cambio de que Rusia accediese a los activos petroleros venezolanos.
Luego está China que ha sido la otra gran muleta financiera de Venezuela. El gobierno de Xi Jinping considera al régimen venezolano como un aliado geopolítico y un importante socio comercial. Durante la última década, Beijing ha prestado a Caracas unos 70 mil millones de dólares, en su mayoría para proyectos de desarrollo, a cambio de futuros envíos de petróleo.
Los analistas estiman que el régimen de Maduro le debe a China unos 13 mil millones de dólares. China está solo detrás de Estados Unidos e India como importador de crudo venezolano. Y mientras, Venezuela profundiza el enfriamiento de sus relaciones con diversos países occidentales, acelera su acercamiento con Rusia y China. Y, con España, podría incluso cumplir sus amenazas.