Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
En unos días más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentará su informe anual de 2023, un documento que ya he podido leer y que contiene una serie de avances sustanciales en materia de salud global.
Por ejemplo, en cuanto a la cobertura sanitaria universal, el 30% de los países están avanzando en la cobertura de los servicios esenciales de salud y la provisión de protección financiera. Este hecho ha permitido grandes avances en la lucha contra el VIH.
Por primera vez, la OMS habla de forma esperanzadora tras afirmar que es posible tener generaciones libres de SIDA si se cumple con el marco de la prevención y se avanza en las terapias antirretrovirales.
“Más del 75% de las personas que viven con VIH en todo el mundo están recibiendo terapia antirretroviral y casi todas gracias al tratamiento están logrando la supresión viral, lo que significa que no pueden infectar a otros”, de acuerdo con el informe.
Hoy en día, las recomendaciones de la OMS son fundamentales en la lucha contra el SIDA: en la mayoría de los países utilizan la guía sobre profilaxis del organismo con sede en Ginebra; en sesenta y tres países se han aplicado sistemáticamente políticas nacionales de apoyo a las pruebas de autodiagnóstico del VIH; más de un centenar de países han adoptado la terapia antirretroviral de primera línea preferida por la OMS para adultos y adolescentes; y más países han implementado un monitoreo rutinario de la carga viral con datos para adultos y adolescentes.
El organismo indica que ya están viendo resultados favorables camino de lograr el cumplimiento de la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de poner fin a la epidemia del VIH: seis países han alcanzado los llamados objetivos 95-95-95 para el control del VIH y otros países están a punto de hacerlo, mientras que Botswana se convirtió en el primero en obtener la certificación de la OMS gracias a que logró una tasa de casos de VIH inferior a 500 por cada 100 mil nacidos vivos.
A COLACIÓN
El informe del organismo destaca que algunos países han incorporado la formación en Cuidados Básicos de Emergencia en los planes de estudio locales, como en Costa Rica, donde ahora es un requisito para los estudiantes de enfermería y medicina.
Un hecho que ha contribuido a una reducción en la mortalidad por neumonía, diarrea, asma, hemorragia posparto, traumatismos por accidentes de tráfico y crisis diabética; lo que sugiere que el conjunto de herramientas tendrá un impacto en múltiples metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Otros avances han sido sustanciales en materia de inmunización contra enfermedades que cada año causan cientos de fallecidos sobre todo en las regiones más vulnerables.
La primera vacuna contra la malaria en el mundo fue administrada a más de dos millones de niños en Ghana, Kenia y Malawi y los sistemas de salud públicos observan con beneplácito los resultados del tratamiento oral para la tuberculosis multirresistente.
Otro aspecto notable, el año pasado un total de 62 millones de personas fueron protegidas de por vida contra la fiebre amarilla a través de diversas campañas de vacunación; y otros 17.4 millones de niños fueron protegidos a través de la inmunización sistemática en los países más desfavorecidos de África.
También, un total de 1.4 millones de personas fueron vacunadas contra la meningitis en respuesta a los brotes de meningococo C en Níger y Nigeria; y, 1.5 millones de personas, fueron vacunadas preventivamente contra el meningococo A en Camerún.
Se reutilizaron 127 mil dosis de vacunas contra el ébola con una vida útil corta para vacunar de forma preventiva a los trabajadores sanitarios y de primera línea en tres países de riesgo; y, se suministraron, más de la mitad de las dosis de la vacuna oral contra el cólera en catorce países.
La OMS alberga la Secretaría del Grupo Internacional de Coordinación sobre el suministro de vacunas contra el cólera, la meningitis, la fiebre amarilla y la enfermedad causada por el virus del Ébola.
Otro avance sustancial, tiene que ver con la vacuna del VPH para eliminar el cáncer cervicouterino: el año pasado, otros veinticinco países introdujeron la vacuna en sus sistemas de salud pública inmunizando a centenares de niñas. Hasta el momento suman, cincuenta y ocho países los que ya aplican los viales gracias a una iniciativa que lanzó la OMS en 2020.
El organismo prevé que si continúa el buen ritmo de acogida de la vacuna y se logran mejores financiamientos para los países vulnerables, en un plazo menor a los diez años, la inmunización contra el cáncer cervicouterino podría ser ya una realidad en el 80% de los países del mundo. Dentro de tantas malas noticias, me parece que estos logros conseguidos en materia de salud global son bastante loables y esperanzadores.