Un Irán con la bomba nuclear sería una pesadilla

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia

Hace unos días, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunció que habrá una respuesta letal, precisa y sorprendente contra Irán que la  Casa Blanca intenta detener a toda costa temiendo que el ejército estadounidense termine arrastrado a una guerra en Medio Oriente.

          ¿Qué está pasando en la región? Estamos viendo un reacomodo de fuerzas: Israel se ha cobrado con una venganza feroz los atentados terroristas del 7 de octubre de 2023 cometidos por miembros de Hamás y  de la Yihad Palestina y que dejaron más de 1 mil 200 personas asesinadas en diversos kibutz aledaños a la Franja de Gaza.

          Hasta la fecha, la ONU estima que han muerto 50 mil gazatíes bajo las bombas y los edificios derrumbados por las cargas letales lanzadas por el ejército israelí sobre la Franja. Y, desde que comenzó a bombardear al Líbano, los fallecidos ya superan los dos mil.

          Más que una venganza, lo que el gobierno ultranacionalista y ultraderechista,  formado por Netanyahu intenta hacer es redefinir el mapa del liderazgo regional en Medio Oriente bajo el pretexto de los atentados sufridos el año pasado.

          En Medio Oriente, además del conflicto natural que ha planteado el surgimiento del Estado de Israel en territorio de Palestina, el 14 de mayo de 1948, hay dos fuerzas contrarias disputándose el control regional: Arabia Saudita que es una nación suní como lo es Egipto o Jordania versus Irán que es una nación mayoritariamente chií como también lo es Irak, Baréin, Yemen, Líbano y Azerbaiyán.

          En medio de esas dos fuerzas que llevan décadas librando un pulso fundamentalmente entre Arabia Saudita e Irán está el conflicto de Israel con los palestinos. Durante la presidencia de Donald Trump, en Estados Unidos, fueron impulsados los Acuerdos de Abraham que son una hoja de ruta para la normalización de las relaciones de Israel con diversos países árabes enemistados por la situación con los  palestinos y que, por ende, no reconocían la existencia del Estado de Israel.  Así,  por ejemplo, se normalizaron las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos; entre Israel  y  Baréin; y, el 6 de enero de 2021, entre Marruecos e Israel y también entre Israel y Sudán.

          Durante la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas, el 18 y 19 de septiembre del año pasado, una delegación de Arabia Saudita se reunió en Nueva York con su contraparte israelí, tras mediar Estados Unidos, para que Arabia Saudita reconociera la soberanía y el Estado de Israel y así establecieran relaciones económicas, diplomáticas, comerciales y de negocios. 

          Menos de veinte días después  sucederían los atentados terroristas de Hamás y de la Yihad Palestina  en territorio israelí y que dejarían interrumpidas todas las negociaciones que, bajo los Acuerdos de Abraham, la diplomacia israelí junto con la norteamericana, llevaban a cabo con los países árabes para normalizar las relaciones de entendimiento y pacificar a la región.

          A Irán se le señala de ser el ente instigador y el financiador del terrorismo contra Israel mientras que, Arabia Saudita,  guarda un extraño silencio dejando a los palestinos al abandono de su suerte.

A COLACIÓN

          El foco de la tensión bélica actual orbita alrededor del contraataque que Israel pueda llevar a cabo sobre de Irán. En este choque de fuerzas, el futuro es completamente incierto. De ello hablé con Pedro González, fundador de Euronews, y en su opinión está en juego un nuevo orden en la región de Medio Oriente.

          “Y al final de la disputa solo puede haber un vencedor o bien gana la teocracia islámica y totalitaria iraní o se impone un nuevo mapa en el que prevalezcan la coexistencia y la paz”, reconoció convencido.

          En el primer caso,  me dijo González, sería admitir la desaparición de Israel  desde el río hasta el mar, tal y como pregonan sus enemigos; y, en el segundo caso, si Israel se impone habría que reconocer su derecho a existir lo que facilitaría la activación de los Acuerdos de Abraham.

           “A nadie queda duda que el Irán teocrático  ordenó dichos atentados para frenar la conformación de nuevos equilibrios en la región; para evitar la paz, la concordia y la fluidez de negocios comerciales y económicos con Israel”, me comentó.          González que funge como analista internacional en diversos  medios de comunicación en España, recordó que ya desde tiempo atrás existe una carrera de  espionaje por parte de Israel para evitar que Irán se haga con la bomba nuclear.  Y, es que un Irán con la bomba, es la peor amenaza que podría darse en la región si es que algún día se quiere vivir allí en paz.

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