Tras conmemorar el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, en lo que respecta al sector productivo, es ineludible que la participación activa de las mujeres tiene que ser una de las actividades que mayor impulso debe recibir desde la sociedad y por parte de las autoridades.
Tan sólo durante 2023, de acuerdo con cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el valor económico de las labores domésticas y de cuidados (trabajo no remunerado) que llevó a cabo la población de 12 años y más, generó un valor de 8.4 billones de pesos, lo que podría representar un 26.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
De este total, las mujeres contribuyeron con el 71.5 por ciento, mientras que los hombres aportaron el 28.5 por ciento. En otras palabras, a través de las labores domésticas y de cuidados realizadas, las mujeres llegaron a aportar a sus hogares 2.6 veces más valor económico que los hombres.
El INEGI añadió que durante 2023 las mujeres destinaron un 63.7 por ciento de sus horas de trabajo a labores domésticas y de cuidados, en comparación con los hombres que solo dedicaron el 27.9 por ciento.
Además del reconocimiento que se les debe otorgar a las mujeres por compaginar sus actividades laborales con el cuidado de sus hogares, así como de las personas que viven en ella. Se debe reconocer el valor generado por el trabajo no remunerado de los hogares, ya que al realizar una comparativa de esta actividad como porcentaje del PIB del total de la economía (26.3 por ciento), ésta superó algunas actividades económicas, como la industria manufacturera, que participa con el 20.3 % y el comercio que aporta el 18.6 por ciento.
Así como lo hemos mencionado dentro de este espacio y lo seguiremos haciendo en las oportunidades que se presenten, la integración de las mujeres al mercado laboral deberá seguir siendo una política pública, así como una iniciativa constante del sector productivo nacional.
Cifras proporcionadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), pronostican que, si México no incluye a una mayor cantidad de mujeres en la economía en los próximos 10 años, el PIB será capaz de crecer tan sólo un 5 por ciento. Mientras que, en caso de aumentar su participación hasta alcanzar 2.8 millones de mujeres mexicanas integradas a las actividades productivas se podría alcanzar un crecimiento de 15 por ciento durante 2030.
Hoy no podemos mantener a las mujeres al margen o excluidas del sector laboral, requerimos de una participación equitativa entre hombres y mujeres sobre las actividades relacionadas a los cuidados personales, así como las del hogar. Seguir restringiendo el acceso de las mujeres al mercado laboral es una apuesta en la que la sociedad siempre saldrá perdiendo.
En la actualidad el reto no sólo es para México, también incluye a otras naciones del mundo, ya que datos proporcionados por ONU Mujeres, ubican a más de 2 mil 700 millones de mujeres sujetas a restricciones legales que les impiden gozar de la misma libertad de elección de trabajo que los hombres.